“Los trasplantes son un pequeño milagro”, dice al otro lado de la línea Rafael Matesanz, el creador de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de España. “Es algo que hace cincuenta años ni pensábamos que pudiera existir y hoy devuelven la vida a más de 100 mil personas cada año en el mundo. A mí me parecen un milagro de la técnica, de la solidaridad, de la vida”, asegura el experto, que convirtió a España en el país líder en procuración de órganos a nivel mundial, con una tasa de 32 donantes por millón de habitantes (duplica a la de la Unión Europea).
En 2003, Matesanz participó como asesor del gobierno argentino en la reestructuración del Incucai y también colaboró en la formación de más de cincuenta coordinadores hospitalarios. “Argentina es el ejemplo más querido y exitoso de traslación del modelo español a América latina. En 2003, su país tenía seis donantes por millón de habitantes y en estos momentos está en 14 y es el primer país de toda Latinoamérica”, cuenta orgulloso el nefrólogo, antes de su llegada al país para participar del Congreso Internacional de Donación de Organos, que empieza mañana.
—¿Qué tiene que hacer Argentina para llegar a las tasas de donación de España?
—Hay un primer problema que es común a toda Latinoamérica y es la fragmentación del sistema sanitario. No es lo mismo un país como España, que tiene un sistema nacional de salud, que Argentina, donde los hospitales dependen del ministerio, de las obras sociales o son privados. España, con 47 millones de habitantes, tiene 177 hospitales autorizados para donar. En la Argentina, son muchos más, con lo cual establecer un sistema de coordinadores de trasplantes para cada hospital es más complicado. Creo que la línea emprendida es correcta y me parece que Argentina va a representar, en muy pocos años, una cifra de donación muy parecida a la española.
—Aquí es común que los familiares de alguien que necesita un órgano recurran a los medios ¿Eso es correcto?
—No, un Estado o una organización de trasplantes tiene que garantizar que cuando cualquiera de sus ciudadanos necesita un órgano tenga las mismas posibilidades que otro de conseguirlo. Y que esto no va a depender de que salga un familiar a pedir ese órgano. Para que un sistema funcione, todo el mundo debe donar y todo el mundo puede recibir órganos con las mismas oportunidades. Nosotros, que ya sufrimos esta situación en muchas ocasiones en los 90, prohibimos ese tipo de llamamientos. Uno puede hacer un llamado en general por la donación, pero no un pedido específico para un paciente porque esto atenta contra la confianza en el sistema.
—¿Cuál es el futuro de los trasplantes?
—Los recién llegados, desde el punto de vista mediático, son los trasplantes de vasos sanguíneos, cara, manos y piernas. Es increíble ver a una persona que perdió sus manos ser capaz de valerse por sí misma. El futuro de los trasplantes va a ser la ingeniería de tejidos. Vamos a ver vejigas o tráqueas hechas mitad de trasplantes de células madre y mitad de tejido sintético.
En 2003, Matesanz participó como asesor del gobierno argentino en la reestructuración del Incucai y también colaboró en la formación de más de cincuenta coordinadores hospitalarios. “Argentina es el ejemplo más querido y exitoso de traslación del modelo español a América latina. En 2003, su país tenía seis donantes por millón de habitantes y en estos momentos está en 14 y es el primer país de toda Latinoamérica”, cuenta orgulloso el nefrólogo, antes de su llegada al país para participar del Congreso Internacional de Donación de Organos, que empieza mañana.
—¿Qué tiene que hacer Argentina para llegar a las tasas de donación de España?
—Hay un primer problema que es común a toda Latinoamérica y es la fragmentación del sistema sanitario. No es lo mismo un país como España, que tiene un sistema nacional de salud, que Argentina, donde los hospitales dependen del ministerio, de las obras sociales o son privados. España, con 47 millones de habitantes, tiene 177 hospitales autorizados para donar. En la Argentina, son muchos más, con lo cual establecer un sistema de coordinadores de trasplantes para cada hospital es más complicado. Creo que la línea emprendida es correcta y me parece que Argentina va a representar, en muy pocos años, una cifra de donación muy parecida a la española.
—Aquí es común que los familiares de alguien que necesita un órgano recurran a los medios ¿Eso es correcto?
—No, un Estado o una organización de trasplantes tiene que garantizar que cuando cualquiera de sus ciudadanos necesita un órgano tenga las mismas posibilidades que otro de conseguirlo. Y que esto no va a depender de que salga un familiar a pedir ese órgano. Para que un sistema funcione, todo el mundo debe donar y todo el mundo puede recibir órganos con las mismas oportunidades. Nosotros, que ya sufrimos esta situación en muchas ocasiones en los 90, prohibimos ese tipo de llamamientos. Uno puede hacer un llamado en general por la donación, pero no un pedido específico para un paciente porque esto atenta contra la confianza en el sistema.
—¿Cuál es el futuro de los trasplantes?
—Los recién llegados, desde el punto de vista mediático, son los trasplantes de vasos sanguíneos, cara, manos y piernas. Es increíble ver a una persona que perdió sus manos ser capaz de valerse por sí misma. El futuro de los trasplantes va a ser la ingeniería de tejidos. Vamos a ver vejigas o tráqueas hechas mitad de trasplantes de células madre y mitad de tejido sintético.
Encuentro de expertos
Con la participación de más de mil profesionales médicos de sesenta países, mañana comienza en Buenos Aires el Congreso Internacional de Donación de Organos. Es la primera vez que Argentina es elegida por la Sociedad Internacional de Procuración y Donación de Organos para ser sede de este evento mundial. “Para el país es un orgullo, así como también para la región. Es un reconocimiento a nuestra labor. En los últimos años, los países de América latina han venido trabajando fuertemente en sus programas nacionales, en la capacitación de recursos humanos y en armonizar las normas regulatorias a través de ámbitos como el Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplante”, dijo Carlos Soratti, presidente del Incucai, el organismo nacional encargado de la procuración de órganos. Algunos de los temas que se debatirán son: el desafío que representa para los sistemas de salud la organización de los procesos de donación y trasplante, sistemas de registro, la investigación en células madre y el turismo de trasplante.
Con la participación de más de mil profesionales médicos de sesenta países, mañana comienza en Buenos Aires el Congreso Internacional de Donación de Organos. Es la primera vez que Argentina es elegida por la Sociedad Internacional de Procuración y Donación de Organos para ser sede de este evento mundial. “Para el país es un orgullo, así como también para la región. Es un reconocimiento a nuestra labor. En los últimos años, los países de América latina han venido trabajando fuertemente en sus programas nacionales, en la capacitación de recursos humanos y en armonizar las normas regulatorias a través de ámbitos como el Consejo Iberoamericano de Donación y Trasplante”, dijo Carlos Soratti, presidente del Incucai, el organismo nacional encargado de la procuración de órganos. Algunos de los temas que se debatirán son: el desafío que representa para los sistemas de salud la organización de los procesos de donación y trasplante, sistemas de registro, la investigación en células madre y el turismo de trasplante.
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