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Falso. Este hecho pertenece a la imaginación de alguna persona. La extracción de un riñón debe hacerse en un ambiente estéril; es decir, sin contaminación, usando instrumental quirúrgico estéril, lo que no se consigue en la habitación de un hotel. Por otra parte, las normas legales y la vigilancia de las autoridades de salud hacen imposible que alguien le saque el riñón a una persona y lo trasplante ilegalmente a otra dentro del país o lo saque del mismo. En Panamá, no se da el tráfico de órganos.
Falso. La información referente a los donantes en vida es confidencial. El deber de los médicos es preservar la vida de los pacientes, no quitársela. Esto no es ético. A una persona que entra enferma al hospital se le atiende para curarla y preservarle la vida. Una persona que entra por infección tiene contraindicación para ser donante. Por otro lado, el primer requisito para donar en vida es precisamente el estar sano.
Falso. Después de más de 40 años de iniciarse los trasplantes, usando una persona que en vida le dona un riñón a otra que lo necesite, no se ha encontrado que el donar lleve a producirle un daño al riñón con que queda. No hay que olvidar que tanto el que dona como el que recibe un riñón quedan con solo uno funcionando. Si esto fuera dañino, no se harían los trasplantes.
Falso. Cuando se donan las córneas, estas son extraídas dejando los ojos en su lugar, ya que no se necesita sacarlos para recortar las córneas.
Falso. En la actualidad, la Iglesia católica apoya y estimula la donación de órganos por ser un gesto de amor al prójimo. Casi todas las religiones del mundo, igualmente, permiten la donación.
Falso. No hay edad límite para ser donante de órganos. Llegado el momento, los médicos decidirán qué componente de nuestro cuerpo sirve para ser usado para dar vida o mejorar la calidad de vida de otra persona.
Falso. Esto no es contraindicación para ser donante. Cuando los tatuajes se hacen sin seguir las normas de higiene del caso, se pueden transmitir enfermedades como la hepatitis B o el virus de inmunodeficiencia humana. Por ello, se espera un tiempo prudente después de hecho el tatuaje para considerar a una persona como donante.
Falso. Esto tampoco es cierto. Actualmente, el promedio de duración de un riñón procedente de un donante fallecido es de 10 años y de un donante vivo 20 años. Esto, como señalamos, son promedios, ya que hay una buena cantidad de personas trasplantadas con riñones funcionando aún por más de 15 años.
Depende de usted. Esta es la forma de pensar de algunas personas. Una vez inicia el proceso de descomposición de una persona fallecida, su cuerpo finalmente se convertirá en nada, quedando solo sus huesos, y la oportunidad que tuvo en vida esta persona o sus familiares de seguir viviendo en otro ser humano que lo necesita.
Falso. Sí puede. Llegado el momento, los médicos decidirán qué órgano o tejido puede ser usado para donación a una persona que lo necesite.
(El autor es médico nefrólogo y director de la Organización Panameña de Trasplante, entidad que regula el nuevo Registro Nacional de Donantes).
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