Su nombre quizás no diga nada al lector, pero su ejemplo es digno de ser tenido en cuenta. Carlos Sanz Hernández era un asistente de Primera División -junto a Pes Pérez, Daudén Ibáñez, Andradas Asurmendi y Prados García- cuando una enfermedad hepática desembocó en un trasplante y, naturalmente, tuvo que dejar el arbitraje. A ese trasplante de hígado le sucedió otro, y luego otros dos. Cuatro en total, de 1998 a 2002, debido a una serie de rechazos que al final se han solucionado. Para acabar, dos prótesis de cadera en 2005 («como consecuencia de la medicación que tomaba para evitar el rechazo al trasplante»). Pese a ello Carlos Sanz ha sido campeón de España y del mundo en competiciones para trasplantados: «He sido campeón en atletismo y natación; en atletismo me he dedicado a correr 4x100, 100 y 200 metros; y en natación he hecho 400 metros libres. He sido campeón en todas ellas y he demostrado que, pese a mis cuatro trasplantes y a las dos prótesis de cadera, se puede hacer una vida normal y hacer deporte».
Carlos Sanz estuvo ayer en Murcia para recibir el V premio Corazón Solidario -los anteriores fueron para el doctor Pascual Parrilla, la Coordinadora Nacional de Trasplantes, el cantante invidente Serafín Zubiri y el doctor José Mir Pallardó- como reconocimiento a la labor que desarrolla a través de la fundación que lleva su nombre.
«Tenemos unos 200 socios en la fundación y nuestro objetivo es transmitir los valores del deporte y concienciar a la sociedad de que el trasplantado es una persona útil para la sociedad, que puede incluso hasta practicar deporte y ser campeón en la especialidad que elija. Además, desarrollamos campañas en colegios y universidades para concienciar a los más jóvenes de la importancia de las donaciones de órganos y de la necesidad de que los trasplantados se incorporen cuanto antes, a ser posible, a su vida normal».
Una fundación que cuenta con el apoyo total de sus compañeros en el arbitraje -actualmente es delegado informador de partidos de Primera y Segunda-, que colaboran económicamente al sostenimiento de la misma: «La mayoría de los árbitros de Primera División y los integrantes del Comité Técnico de Árbitros son socios de la fundación. Cada temporada hacemos una campaña solidaria por la cual todos los árbitros españoles donan un euro de sus emolumentos a la fundación. Ya hicimos una jornada solidaria y ahora en diciembre haremos otra y la extenderemos a los árbitros de fútbol sala. La anterior vez recaudamos 15.000 euros y ahora esperamos superar esa cifra. Gracias a ello, y a las subvenciones oficiales, nos mantenemos y podemos seguir desarrollando nuestros proyectos».
Ha recibido numerosos premios, tanto en Aragón como en el resto de España. Y desde ayer tiene uno más: el que le ha concedido la Asociación Murciana de Trasplantados.
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