Mi caso es quizás un poco raro: le doné un riñón a mi hermano hace unos meses. Lo hice con todo el convencimiento del mundo, le adoro y solo quería verle curado, pero ahora no puedo evitar obsesionarme por mi salud. Pienso que algún día necesitaré yo ese riñón. Sé que es irracional, pero no puedo evitarlo. Me siento fatal por ello.
Dra. Leonor Roa
28 mar
Hola Renita! Aunque te parezca extraño lo que comentas es una reacción completamente normal y no eres a la primera persona que le pasa. Has tomado una decisión muy importante que no tiene marcha a atrás y es normal que entren muchas dudas. Ponte en contacto con las asociaciones y la organización nacional de trasplantes para que te den pautas e incluso te recomienden a un psicólogo que pueda ayudarte. Mucho ánimo y un saludo.
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