Día 18/09/2011
ABC
El doctor Fernández
Un receptor y un donante. Son los dos factores necesarios para que una vida pueda ser el motor que mueva a otra. Sin olvidar esas manos responsables de ejecutar una técnica depurada que nos permite hablar de éxito. En 2010, Galicia fue la única comunidad autónoma que aumentó el número de trasplantes de órganos. En el primer semestre de 2011, se practicaron 156 en los hospitales dependientes del Sergas. A la cabeza se sitúa el CHUAC coruñés, con 123. Antón Fernández, Coordinador de Trasplantes del complejo hospitalario herculino, explica a ABC el presente y futuro de esta alternativa terapéutica.
—¿Cuál es la intervención más común?
—El trasplante más común, por la característica de ser un órgano doble, es el trasplante de riñón. Además, la patología renal es la que, con mayor frecuencia, requiere un trasplante. En segundo lugar se sitúa el trasplante hepático. El CHUAC realiza anualmente unos 200 trasplantes . Exactamente, en 2010, ser realizaron 219.
—Un trasplante es una operación complicada, ¿cómo se desarrolla el protocolo?
—El trasplante es el momento en el que se unen dos caminos, el del receptor para ser trasplantado y el del donante para poder dar un órgano. El camino del receptor es el de una persona con una enfermedad terminal de un órgano cuya mejor solución, y, en muchas ocasiones la única, es el trasplante. Para ello precisa muchos estudios, ser incluido en lista de espera del órgano y que este sea el adecuado para el. El camino de la donación empieza cuando una persona sufre una patología neurológica grave y fallece en situación de muerte cerebral en la UCI de un Hospital. En esas circunstancias, los Coordinadores de Trasplante hablan con su familia para conocer la voluntad del fallecido y obtener el consentimiento para la donación. Si la familia accede, se pone en marcha la logística de la extracción y se buscan los receptores más adecuados para los órganos válidos del donante.
—¿Qué tendría que hacer una persona para convertirse en donante de órganos?
—Lo más importante es la expresión clara de la voluntad de donar en el entorno cercano de cada uno. Nuestra experiencia, avalada por los resultados de los procesos de donación en España, es que si alguien se ha manifestado en vida de forma rotunda a favor de la donación, sus familiares la permitirán una vez fallecido. Otra posibilidad es la donación de órganos en vida. En este caso, se puede donar un riñón o un segmento hepático. Para ello, es necesario un estudio médico completo, una valoración psicológica previa, un informe favorable del Comité Ético del Hospital y la firma de la cesión del órgano ante el Juez del Registro Civil.
—¿Cómo cambia la vida de alguien que recibe un órgano?
—La vida cambia completamente. Los pacientes que reciben un órgano se encuentran, en general, muy limitados físicamente y el trasplante les permite la recuperación física pero también social, sexual y, en muchas ocasiones, laboral. En todas las consultas postrasplante se realiza valoración periódica de la evolución psicológica de los pacientes. Existen cuestionarios específicos para medir la calidad de vida de los pacientes trasplantados y en el CHUAC se realiza, además, seguimiento de la satisfacción de los donantes vivos renales.
—Más o menos, ¿cuál sería la esperanza de vida de un receptor?
—Depende del órgano trasplantado y siempre es necesario hablar de tasas medias. En trasplantes se utiliza el porcentaje de supervivencia a los 5 y 10 años. En la actualidad, este porcentaje supera el 80% en riñón, el 70% en hígado y el 50% en corazón y pulmón, todos ellos a 10 años. Existen en España receptores vivos, con órganos funcionantes, trasplantados hace más de 30 años.
—Por último, ¿hacia dónde considera que avanzará el trasplante de órganos?
—El trasplante seguirá siendo en los próximos años una alternativa terapéutica muy útil; deberemos seguir trabajando para ampliar el número de donantes con el incremento de los donantes vivos y de la donación a corazón parado y mantenemos la esperanza de que las investigaciones actuales con células madre y con órganos bioartificiales permita reducir las necesidades de trasplante.
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