Sandra Campos
Avance. En México se realizan casi 3 mil transplantes de riñón a año y ofrecen una mejor calidad de vida frente a la diálisis. |
En el país se llevan a cabo alrededor de 2 mil 800 trasplantes de riñón al año, de acuerdo con la Fundación Mexicana del Riñón. Es la opción que ofrece una mejor calidad de vida después de una insuficiencia renal crónica, que deja como otra alternativa la diálisis.
En México, estos trasplantes están prácticamente dominados por la comunidad médica, sin embargo el problema que enfrenta ahora reside en los medicamentos inmunosupresores de baja calidad que podrían echar a perder el procedimiento, echar a perder el riñón. Por ello, para la Sociedad Mexicana de Trasplantes (SMT) este es un foco rojo que el país debe atender en su sistema de salud.
“En México tenemos un programa nacional de trasplantes con el que se benefician muchas personas; contamos además con procesos quirúrgicos bien dominados en los que difícilmente hay complicaciones, ya sea con donador cadavérico o vivo”, señala Gilberto Castañeda, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y vocero de la SMT. No obstante, los problemas vienen posteriormente.
Después de realizarse un trasplante hay una activación de las defensas del cuerpo y el sistema inmune, por lo que se requieren de los inmunosupresores, que impiden el rechazo del nuevo riñón. En entrevista, el científico explica que estos medicamentos son de un empleo delicado puesto que si se administran de más el paciente puede adquirir infecciones y si es insuficiente no causará el efecto esperado en el sistema inmune, lo que destruye el nuevo riñón.
Pero no todos los medicamentos han evidenciado su efectividad, tal es el caso de los inmunosupresores genéricos, por lo que médicos y científicos hacen un llamado para analizar que los utilizados sean de alta calidad.
“Existen varios medicamentos, pero hemos observado que cuando se hace un cambio de medicamento innovador a uno genérico el paciente no siempre se beneficia como se esperaría”, apunta el investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav, quien añade que si bien no es sólo un problema de México, sino en todo el mundo, se puede evitar con sólo ser estrictos con los medicamentos que se adquieren.
De acuerdo con análisis realizados en el Centro Médico Nacional de Occidente, explica, hay un incremento en la tasa de rechazos de un 43 por ciento en los trasplantes realizados desde 2006, cuando se inició el empleo de medicamentos genéricos.
“Es difícil decir con exactitud qué genérico tuvo la culpa, porque se utilizan combinaciones de varios. Por lo tanto, tenemos que hacer estudios de calidad de prácticamente todos los inmunosupresores que se utilizan en México de manera precisa”.
CALIDAD Y ACCESIBILIDAD. La ventaja de los medicamentos genéricos es el bajo costo que pueden tener frente a los de patente, empero la SMT enfatiza que en el tema de inmunosupresores se debe hacer un paréntesis para su adquisición por las autoridades sanitarias. Mencionan que por arriba de los costos aparentes, debe prevalecer más bien lo que es ya un tema bioético.
“El propósito de la Sociedad Mexicana de Trasplantes, y en instituciones como la UNAM, es que exista un balance entre el costo de la terapia y su calidad. No quiere decir que esperamos la eliminación de los genéricos, sino que sean prácticamente idénticos a los innovadores. Tenemos que ser muy estrictos en los criterios de calidad”.
El especialista en fármacos mencionó que en EU y Europa se ha documentado que, aún cumpliendo todas las normas sanitarias que solicitan para aprobar la comercialización de fármacos, los inmunosupresores genéricos no funcionan bien.
MONITOREO.En este contexto, Gilberto Castañeda señala que la Sociedad Mexicana de Trasplantes urge a las autoridades sanitarias a realizar mayor fármaco-vigilancia de inmunosupresores para analizar su funcionamiento, lo cual además evitaría que sucedieran falsificaciones, como ya ocurrió con un medicamento en años pasados.
Refiere que aún no se cuenta con información sobre cuántos medicamentos genéricos de baja calidad se expiden en los centros de salud, problema que aumenta por los programas de licitación del gobierno que siempre busca los más baratos.
“A veces las licitaciones son para un medicamento innovador, y después para una diversidad amplia de genéricos, lo que no nos permite dar un seguimiento adecuado. A un paciente le pueden dar en consulta una marca y a la siguiente cita otra.
“Este mecanismo de licitación para los inmunosupresores no debe existir, sino que deben adquirirse sólo los medicamentos innovadores o genéricos que demuestren su calidad todo el tiempo en el paciente. Hemos avanzado en los trasplantes y la cultura de donación, pero de nada sirve si se arruina por un mal inmunosupresor”.
En México, estos trasplantes están prácticamente dominados por la comunidad médica, sin embargo el problema que enfrenta ahora reside en los medicamentos inmunosupresores de baja calidad que podrían echar a perder el procedimiento, echar a perder el riñón. Por ello, para la Sociedad Mexicana de Trasplantes (SMT) este es un foco rojo que el país debe atender en su sistema de salud.
“En México tenemos un programa nacional de trasplantes con el que se benefician muchas personas; contamos además con procesos quirúrgicos bien dominados en los que difícilmente hay complicaciones, ya sea con donador cadavérico o vivo”, señala Gilberto Castañeda, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y vocero de la SMT. No obstante, los problemas vienen posteriormente.
Después de realizarse un trasplante hay una activación de las defensas del cuerpo y el sistema inmune, por lo que se requieren de los inmunosupresores, que impiden el rechazo del nuevo riñón. En entrevista, el científico explica que estos medicamentos son de un empleo delicado puesto que si se administran de más el paciente puede adquirir infecciones y si es insuficiente no causará el efecto esperado en el sistema inmune, lo que destruye el nuevo riñón.
Pero no todos los medicamentos han evidenciado su efectividad, tal es el caso de los inmunosupresores genéricos, por lo que médicos y científicos hacen un llamado para analizar que los utilizados sean de alta calidad.
“Existen varios medicamentos, pero hemos observado que cuando se hace un cambio de medicamento innovador a uno genérico el paciente no siempre se beneficia como se esperaría”, apunta el investigador del Departamento de Farmacología del Cinvestav, quien añade que si bien no es sólo un problema de México, sino en todo el mundo, se puede evitar con sólo ser estrictos con los medicamentos que se adquieren.
De acuerdo con análisis realizados en el Centro Médico Nacional de Occidente, explica, hay un incremento en la tasa de rechazos de un 43 por ciento en los trasplantes realizados desde 2006, cuando se inició el empleo de medicamentos genéricos.
“Es difícil decir con exactitud qué genérico tuvo la culpa, porque se utilizan combinaciones de varios. Por lo tanto, tenemos que hacer estudios de calidad de prácticamente todos los inmunosupresores que se utilizan en México de manera precisa”.
CALIDAD Y ACCESIBILIDAD. La ventaja de los medicamentos genéricos es el bajo costo que pueden tener frente a los de patente, empero la SMT enfatiza que en el tema de inmunosupresores se debe hacer un paréntesis para su adquisición por las autoridades sanitarias. Mencionan que por arriba de los costos aparentes, debe prevalecer más bien lo que es ya un tema bioético.
“El propósito de la Sociedad Mexicana de Trasplantes, y en instituciones como la UNAM, es que exista un balance entre el costo de la terapia y su calidad. No quiere decir que esperamos la eliminación de los genéricos, sino que sean prácticamente idénticos a los innovadores. Tenemos que ser muy estrictos en los criterios de calidad”.
El especialista en fármacos mencionó que en EU y Europa se ha documentado que, aún cumpliendo todas las normas sanitarias que solicitan para aprobar la comercialización de fármacos, los inmunosupresores genéricos no funcionan bien.
MONITOREO.En este contexto, Gilberto Castañeda señala que la Sociedad Mexicana de Trasplantes urge a las autoridades sanitarias a realizar mayor fármaco-vigilancia de inmunosupresores para analizar su funcionamiento, lo cual además evitaría que sucedieran falsificaciones, como ya ocurrió con un medicamento en años pasados.
Refiere que aún no se cuenta con información sobre cuántos medicamentos genéricos de baja calidad se expiden en los centros de salud, problema que aumenta por los programas de licitación del gobierno que siempre busca los más baratos.
“A veces las licitaciones son para un medicamento innovador, y después para una diversidad amplia de genéricos, lo que no nos permite dar un seguimiento adecuado. A un paciente le pueden dar en consulta una marca y a la siguiente cita otra.
“Este mecanismo de licitación para los inmunosupresores no debe existir, sino que deben adquirirse sólo los medicamentos innovadores o genéricos que demuestren su calidad todo el tiempo en el paciente. Hemos avanzado en los trasplantes y la cultura de donación, pero de nada sirve si se arruina por un mal inmunosupresor”.
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