Los aviones privados se utilizan cuando hay que trasladar córneas, páncreas, pulmones y corazones.
España se mantuvo el pasado año como líder mundial de trasplantes. En el 2011, el número de vuelos para trasladar órganos dentro del país fue de 576. De ellos, 526 fueron privados y el resto, desplazamientos en línea regular, según la información facilitada ayer por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
En los trayectos privados, como el de la avioneta siniestrada ayer en Santiago de Compostela, viajan cirujanos y el equipo de trasplantes encargado de implantar el órgano en el paciente. En esos vuelos se transportan córneas, intestinos, páncreas, pulmones y corazones.
En cambio, en los desplazamientos en líneas regulares, las vísceras que se trasladan con mayor frecuencia son hígados y riñones que, cuando llegan al destino, son recogidos de inmediato por una ambulancia. Los órganos se introducen en una nevera que se deposita en la cabina de la aeronave, junto al piloto y copiloto. En algunos casos también les acompaña un médico. Según la ONT, las ambulancias solo se emplean cuando el donante se encuentra cerca del centro médico donde se va a realizar la intervención.
En uno u otro caso, se trata de operaciones complejas e 'in extremis', pues está en juego una vida. Precisamente, el varón de 54 años que recibió ayer el corazón recogido por la 'Cessna' siniestrada salió con éxito de la operación, y los médicos informaron de que esperaban la evolución sea «favorable».
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