España es uno de los países pioneros en la donación de órganos; sin embargo, el trasplante realizado entre individuos de la misma especie,lleva inherente cierta incompatibilidad tisular entre el órgano donante y el receptor que recibe el trasplante. Como consecuencia de ello, es necesario aplicar al receptor un tratamiento inmunosupresor para mitigar la respuesta inmune que prevenga la respuesta de rechazo frente al órgano trasplantado.
La tecnología de los anticuerpos monoclonales y las proteínas recombinantes como medicamentos biológicos ha irrumpido con gran fuerza por su eficacia terapéutica en el tratamiento de las enfermedades humanas como el cáncer, trasplante o autoinmunidad, contribuyendo en gran medida a la mejora de las terapias actuales, debido a su mayor especificidad de actuación al ir dirigidos frente a moléculas biológicas cuya interacción es crítica para que las células del sistema inmune puedan adquirir una determinada función efectora. Este desarrollo tecnológico y su aplicación al tratamiento de enfermedades representa en la actualidad un cambio de paradigma en el modo de abordar el tratamiento de este tipo de enfermedades.
Para aumentar la supervivencia de los órganos trasplantados y evitar estos efectos secundarios en otros órganos, el grupo de Inmunología del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) lleva años trabajando para descubrir nuevos abordajes terapéuticos encaminados a mejorar la prevención y el tratamiento del rechazo en trasplantes.
En concreto, José Ignacio Rodríguez Barbosa y María Luisa del Ríoinvestigan actualmente cómo el bloqueo del intercambio de señales entre las células dendríticas y los linfocitos B y T a través de moléculas de superficie afecta a la activación de esas células y a su capacidad para diferenciarse a linfocitos maduros con capacidad de producir un daño en las células del órgano trasplantado directamente o a través de los anticuerpos secretados por los linfocitos B.
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